viernes, 1 de marzo de 2013

Malas Rachas

Hoy ha sido uno de esos días, uno de esos malditos días que estás deseando que se termine. Uno de esos días que empiezan pésimos, siguen peor, mejoran un poco y luego te hunden. Eso me lleva a escribir, como siempre. Veremos si después de esto tengo ganas de escribir para algún fic o algo. El caso es que he empezado el día de buen humor porque era un día gris y lluvioso y esos días me suelen gustar, pero el tiempo ha ido contra mí. El muy cabrón quiere verme sufrir. Si hubiera llovido más, sólo con que hubiese llovido una hora o media hora más, habría sido perfecto. Habríamos sido ella y yo, bajo la lluvia, con la gente mirándonos raro, pero hablando, riendo, bailando, haciendo el loco, bromeando sobre el beso que nos debemos. ¿Lo malo? Que ha parado de llover. HA PARADO DE LLOVER. Imaginaos cómo me he quedado. Lo tenía en la palma de la mano y se me ha esfumado cual genio de la lámpara tras conceder los tres deseos, pero en este caso, mi único deseo no se ha concedido. Y luego, encima, por culpa de cuatro gilipollas, me han entrado ganas de repartir patadas en la boca. Pero bueno, soy un hombre pacífico. De momento lo soy, ya veremos si eso sigue así o no. De momento, sólo queda esperar que esta mala racha termine. Deseadme suerte para mañana.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Normalmente y al contrario que en las películas, los acontecimientos más importantes de nuestras vidas no llevan banda sonora. No hay orquestas con violines cuando nos enamoramos. No hay canciones de los Beatles cuando uno abandona Londres en el expreso de Hogwarts para marcharse al colegio por primera vez. No se escucha Puccinni cuando recibes una buena noticia, ni a Wagner cuando cae una tormenta atronadora. La vida no funciona así. Con orquestas a nuestras órdenes y los Beatles preparados para sacar las guitarras cuando nos viene bien. La vida es desconcierto y cuando hace sonar su música, casi nunca es la canción que queremos escuchar. Vamos desacompasados, mudos o gritando. Casi siempre sin coro. A veces tarareando. Normalmente solos. La vida es así y a veces hace gloriosas excepciones.

Cuando Lily Evans, prefecta de Gryffindor besa a James Potter, que lleva seis años persiguiéndola, es víspera de navidad. El salón está bailando con ellos, atrapado entre pompas de jabón que estallan y dejan rastros de luz azulada. Hay un piano para ponerle música y un techo mágico que deja que se vea el cielo nocturno. Un magnífico anochecer de diciembre. Cielo raso, tachonado de estrellas temblorosas, estriado por el paso fugaz de los meteoritos. Cuando llega el momento para el que James siente que todo ha sido un preludio, sí, hay música, como debería haberla siempre en la vida.

Y no, no oye ni una sola nota.

Porque Lily le está besando. Labios mullidos y carnosos, suave movimiento de la lengua dentro de su boca. Un suspiro entrecortado y luego nada, excepto profundidad y ganas de morirse ahogado. La atrae contra sí mismo, girando, besando, pensando Lily. Pensando Lily y nada más. Abrazando, tocando, besando con una mano tras su nuca, enredada en una melena pelirroja. Sintiendo que eso, ese momento que cristalizará en las páginas del tiempo con música de piano, hace de su vida un logro extraordinario. Porque ha besado y ha sido besado por Lily y nada, ni la muerte, podrá arrebatarle esa victoria de la vida sobre sus peores enemigos.

Nada.

No importa lo que escriban las crónicas sobre James Potter y Lily Evans. Cualquiera que les vea en ese momento, todos los que les miran en el gran comedor y murmuran sobre ellos saben y sabrán siempre la verdad. Que la suya es la historia de dos personas que se encuentran y al menos durante un momento, se tienen. Ese momento les hace inmortales. Porque una vida que ha sido digna de ser vivida, no importa cuán corta, no importa cuán breve, nunca es una tragedia.

 Jamás.

Nota: No es mío. :3

viernes, 23 de noviembre de 2012

Reflexión

Hoy es uno de esos días de reflexión. Es uno de esos días que tengo ganas de desconectar de todo, apagar el móvil, cerrar tuenti, twitter, skype y mirar mi colección de películas. Uno de esos días que lo único que me apetece es ver Big Fish, Donnie Darko y El Club De La Lucha, las tres con miedo en el cuerpo. En este momento soy más que mentalmente inestable, por lo que tengo miedo de cometer una de las gilipolleces que soy capaz de hacer. Tengo miedo a ver El Club De La Lucha y partirle la cara a algún gilipollas. Tengo miedo a ver Donnie Darko y huir. Tengo miedo a ver Big Fish y lanzarme a la chica. Soy así, y soy de esos. Soy incapaz de decirle lo que siento. Si cuando estoy con ella me cuesta hasta hablar, ¿cómo espera la gente que le diga lo que siento? Es horrible. Creo que me sería más productivo ver El Club De Los Poetas Muertos o El Indomable Will Hunting. Desde luego, una que soy incapaz de ver es Un Paseo Para Recordar. En mi estado, ver un paseo para recordar, es una escopeta y yo soy Kurt Cobain. Es una película con la que me sería imposible no llorar en momentos como estos. Tengo demasiadas cosas en la cabeza para contarle a alguien y demasiada poca gente en la que confiar, así que, como hacen muchos, lo mejor es expresarlo aquí. Total, sé que ella no lo leerá y las demás personas implicadas tampoco.

Ayer me dispuse a escribir un nuevo libro que tenía en mente y... digamos que comencé algo mal. El protagonista es algo así como un yo, por lo que debía contar parte de mi pasado. Hasta ahí no hubo problema. El problema vino cuando empecé con el yo presente. Estoy en ese punto de mi vida en el que he dejado de salir con ciertas personas y estoy a nada de empezar a salir con otras. En este momento, estoy solo, y de ahí que escriba una entrada un viernes a las 7, esperando un fin de semana solitario. El caso es que tengo miedo. Tengo miedo a terminar solo. Me queda poco más de año y medio para terminar el instituto y tengo demasiadas dudas en mi vida. ¿Qué voy a hacer? No sé qué será de mi futuro profesional ni de mi futuro social. Si sigo en el punto social en el que estoy, temo acabar el instituto y que la gente ya no salga conmigo porque no tienen la obligación de verme día a día en el instituto. ¿Y entonces qué? ¿Ya habrá terminado todo? Eso es lo que no quiero. Hay demasiada gente de quien no quiero separarme. La gente que me inspira y que día a día me da fuerzas sin ni siquiera saberlo... Y ella. Sobretodo ella, no quiero perderla.

Y esa es otra. El asunto con ella es demasiado peliagudo. Hay demasiados problemas que no quiero comentar porque sería ponerlo en bandeja a la gente para que supieran de qué se trata.

En definitiva, hoy es uno de mis días raros, de esos de estar apalancado en el sofá deprimiéndome y poniéndome como una morsa a chocolate o similares.

Por ahora sólo me queda decir que, tras ver las películas, crearé un blog de críticas, tanto de cine como de literatura, para que veáis lo que opino. Aunque eso sí, la mayoría serán positivas, ya que las mierdas no me las suelo ver. Pero eh, habrá sitio para todo. Hasta entonces, y como diría JPelirrojo, "sed felices".

domingo, 3 de junio de 2012

Monstruo...

Él camina solo, siempre lo ha hecho. Pisa cada charco, se siente en su derecho. Siempre minoría entre la minoría, intruso entre amigos, intruso entre familia. Si mientes o no es algo que no le preocupa, te mira y te sonríe pero no te escucha. Él camina solo y tú no eres él. El tiempo es pintura y él no encuentra su pincel. Su mundo, su burbuja... Y así crece. Aprendió a seguir recto cuando el camino tuerce. Perdió la fe, quizá nunca la tuvo, prende en llamas invisibles para el mundo.

Él no es tu amigo y no, no quiere ser tu amigo, sólo coordenadas, coincidencias y caminos. Suspiros enlatados, no cuenta contigo, ideas condenadas, incidencias y castigos. No te quiere cerca, eso ya lo ha vivido... ¿Cómo explicártelo? ¿Cómo decirlo? A veces más, a veces menos pero siempre inadecuado, él nunca es de aquí, él siempre es de otro lado. Si crees que le has ayudado, estás equivocado, sigue entre llamas en este mundo helado... Él ya ni sueña ni desea, él solo muere, no se le nota pero vaya si le duele.

Y dejaréis que muera solo, no sabéis como ayudarle, la ciencia no comprende aquello que nació del arte. Y es que nadie le abraza porque nadie puede verle. Todos lloraríamos de poder comprenderle. Él no quiere estar aquí, no entiende por qué fue creado, su padre es su dolor porque él le ha condenado. No es la iglesia, es el humano, el que quemará su cuerpo. Es imposible de evitar lo que ya se ha hecho. Fuego en el ártico, gritos entre el hielo. Lo merece más que nadie, pero no podrá ir al cielo. El monstruo resultó ser quizá el más humano, ahora ya es tarde, el fuego casi ha terminado.

Dejan que se queme y así solo se consume, siempre fuerte, pero no es inmune. Dejan que se queme y así solo se consume. No te derrumbes, eh, no te derrumbes.  El sol quema mi retina secando todas mis lágrimas, la lluvia al final llega y me protege una vez más. Deja que llueva, tú deja que llueva, seja que heridas sanen por mucho que duela...


-Canción de JPelirrojo.-

jueves, 5 de abril de 2012

Éxito y Talento

El éxito y el talento... Todos sabemos lo que es, pero... ¿lo comprendemos? E ahí la gran cuestión de la cual este es mi punto de vista.

Es como si algunas personas nacieran predestinadas a tener una de ambas. Es decir, imaginad un consejo de personas que eligen a ciertas personas para darles un don. El éxito o el talento. Algunos eligen el éxito. ¿Para qué necesitan talento si tienen éxito? La respuesta: Para conservarlo. A las personas que no saben conservar su éxito se les acabará algún día. Pero... ¿acaso saben los que tienen talento a conseguir el éxito. Vamos a dejar un poco de lado el sistema social y centrémonos en el mundo musical, para lo que os traigo tres ejemplos, que podéis modificar a vuestro antojo, por supuesto. Eso sí, no critiquéis gustos.

Respecto al éxito. Hay gente que elige el éxito, y de talento tienen más bien poco. Talento lo engloba todo. Tal vez alguna cosa se le de bien, pero siempre tendrá el defeco que hará que no se gane a todo el público. Justin Bieber. ¿Tiene éxito? Sí. ¿Talento? No. Tiene que aprender cómo ganarlo, ya sea mediante ese gran guantazo que todos queremos darle en la face o mediante aprendizaje.

Siguiente ejemplo. El talento. The White Stripes. ¿Son conocidos? Sí, pero hay una cosa que me jode. Si vas con una puta chapa de Justin Bieber por la calle, TODOS lo conocen. Yo tengo una chapa de The White Stripes y fácilmente podrían creerse que son unos colegas míos. ¿Tienen talento? Juzgad vosotros.



Buenos, ¿eh? Pues es lo que tiene. Tienen que conseguir centrar el talento en darse a conocer, y eso a veces no está en sus manos. Sí, insinúo que tenéis que pasarlo a vuestros amigos.


Y por último, a estas alturas preguntaréis si se pueden tener ambas cosas, ¿cierto? ¿Hace falta poner ejemplos de esto? Pondré el ejemplo de Nirvana, y qué mejor día que hoy, día que se cumplen 18 años del fallecimiento de Kurt Cobain (D.E.P.). Tenían talento y míralos. Supieron cómo conseguir la fama. O tenían la fama y supieron conseguir el talento, ¿quién sabe? Una cosa es segura. Si luchas por ello, podrás conseguirlo.

Oh, y tranquilo. A ese capullo que tiene a todas detrás y no se merece nada se le acabará pronto el chollo.

domingo, 1 de abril de 2012

Así que ahí estaba yo, con ella, y... Bueno, ya sabéis... ¡No pasó nada! No sé de qué os sorprendéis, la verdad. Ya sabéis mi historial, no puedo decir que sea un semental, ¿no? Je... Es decir, no lo sé. Nunca me he intentado seducir. Sí, cuando me he querido dar amor, me he dado am... ¿Por qué coño he acabado hablando de la masturbación? En fin, como iba diciendo, nunca me he intentando seducir, sería absurdo. Es decir, sí, me miro en el espejo, y para qué negarlo, me veo bien, no me quejo. ¿Quién no tiene suficiente ego cuando se mira al espejo? En fin, que nunca he sabido cómo seducir, pero eso es cuestión de mis personalidades. Tengo claro que Marco es demasiado depresivo y todo le sale mal como para intentar seducir a alguien. Cameron... Cameron es demasiado chulo, es el de entrar con frases guarras en la disco. Drake es caso aparte, busca meterla, sí, pero si no lo hace, va a seguir tan feliz, él es el loco del grupo. Pero oh... Sale Ángelo a la carga y arrasa. ¿Acaso miento? Ángelo es el típico tío que todos querríamos de pareja... Bueno, los y las que quieran un tío de pareja, claro, pero aún así, es genial. Es dulce, cariñoso, gracioso cuando hace falta, y si hace falta, pasional... Pero está encerrado y sepultado bajo los otros tres, así que cuando sale, va a por todas. ¿Tarda en salir? Eso no es culpa suya. Meditemos. Vamos a poner el caso hipotético de que la personalidad de Ángelo es una persona. Eso convertiría a una persona en... un titán. Si la persona, Ángelo, está sepultada bajo Drake, Cameron y Marco, no va a poder sólo. En cambio, vosotros y vosotras sois titanes, ¿me equivoco? ¡Venga, ya! No quiero que matéis a los tres capullos de turno, sólo que... Los alejéis lo suficiente para que Ángelo pueda salir a dar una vuelta. Sacar a Ángelo no es decisión mía, es tooooodo cosa vuestra.

Si sabéis apreciarlo, tal vez valga la pena intentarlo. Hay cosas que no se pueden cambiar, pero hasta que no se pruebe, nunca se sabrá.

jueves, 26 de enero de 2012

Un cuento de hadas en la tierra de polvo

Si el amor es un sentimiento, no lo quiero. Tú lo coges en conviertes en mucho más. Pero, si quieres algo que REALMENTE sea algo, te enseñaré para qué sirve el amor de verdad.
Y si tú me quieres para decir "No tienes que cambiar"... he estado esperando pacientemente. El amor puede esperar por mí.
Creo que lo veo claro, pero todo el mundo me dice "¿No estamos destinados a estar juntos?". Pero no me digas, nena, que vamos a ir a algún sitio, porque tu "algún sitio" no es donde to quiero estar.
No sabes lo que es el amor, mi corazón está perdiendo toda su fe. Está ese sonido en mi cabeza que dice "¿No me esperarás? ¿Me esperarás...?"